La gripe o influenza es muy contagiosa que nos afecta a todos.

Es una enfermedad viral respiratoria que si bien se la confunde con un resfrío, sus consecuencias pueden ser mucho más graves.

Se presenta habitualmente en los meses más fríos del año, se transmite de una persona a otra por vía respiratoria, tos, estornudos o simplemente cuando habla. Los síntomas suelen aparecer a las 48 horas de contraer la enfermedad, y la mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. Sin embargo, para determinados grupos, la vacunación, es una medida obligatoria, ya que pueden tener complicaciones graves que pongan en riesgo sus vidas.

Entonces

 ¿Cómo podés protegerte? La mejor manera es la vacunación anual.

 ¿Cuándo? Ahora, antes de la llegada del invierno, momento en que aumenta la circulación del virus. Vacunado, evitás contraerla y contagiar a otras personas. Y cuantos más seamos, menos posibilidad de contagio.

 ¿Cómo funciona? Al recibir la vacuna, al organismo desarrolla anticuerpos apróximadamente dos semanas después de ser aplicada. Estos anticuerpos brindan protección contra los virus contenidos en la vacuna

 ¿Quiénes deben recibirla?

  • Todas las personas a partir de los 6 meses de edad
  • Niños pequeños
  • Personas mayores de 65 años
  • Embarazadas
  • Personas con enfermedades cardíacas, pulmonares, renales, trastornos del sistema nervioso o un sistema inmunitario debilitado

 ¿Quiénes NO deben recibirla?

  • Menores de 6 meses
  • Personas que padecen alguna alergia severa
  • Quienes estén cursando alguna enfermedad con o sin fiebre, deben consultar al médico.

 La protección empieza por vos.

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